martes, 5 de agosto de 2008

risorio

El trabajo de sonreír constantemente no es tan difícil la verdad. Requiere de una insistente constracción de músculos faciales que a esta altura ya olvidé los nombres que llevaban y de una reiterada solicitud de pensamientos positivos que salen de lugares furtivos que pocas veces sabes que tienes dentro de la cabeza. Y algunas veces te llega a dominar como una especie de demonio con moñitos, vestido de amarillo que coloca flores en el pelo de los transeúntes, mientras estos bailan esa clase de baile que se baila con flores en el pelo, tanto así que se te empieza a olvidar cómo se sentía la fría trayectoria que dejan las lágrimas cuando se desprenden de las mejillas y lo saladitas que saben cuando se desvían hasta meterse en la boca; lo vacío que se sentía cuando los extrañabas, y a estas alturas no quedan más que un par de recuerdos de lo que alguna vez fueron, de las calles que tuvieron el privilegio de convertirse en el propulsor de cada montaje espacio-temporal que se genera cada vez que las vuelves a recorrer. Porque cuando se dice que se extraña, es porque realmente es extraño haber dejado atrás lo que se supone debería durar por siempre o por lo menos así se había querido en su momento, y de pronto zás,al presente y ya no queda más que sonreír, nada más que mirar a tu alrededor y decir que no es tan malo como parece.
=)

1 comentario:

Max Demian dijo...

yo pienso que la mejor sonrisa (si es que hay alguna mejor o peor que otra) se da cuando presente, pasado y futuro se conjugan. cuando en el presente ves una carta que te dieron, una foto con un arbol parlante o un muñequito de alguna pelicula que te recuerda algun momento del pasado, es imposible no sonreir. y cuando a ese presente, le agregas lo que viene en un futuro... las experiencias, los sueños, los deseos, etc.. las orillas de la boca se mueven hacia arriba esbozando una GRAN sonrisa llena de esperanza. =D