jueves, 31 de marzo de 2011

espaciado

Arrendamos habitación en un hotel en Venus, porque en Júpiter estaban copados, Neptuno está muy Lejos y en Plutón ya no hay donde alojarse.

Salimos todos los días a poner las patitas a la orilla del planeta, justo al borde con el universo donde se puede ver hasta el centro de la vía láctea.

Saludábamos a nuestras familias y amigos en La Tierra antes del Alba, ni siquiera extrañando un poco nuestras vidas.

A veces movíamos tanto los pies por la alegría de haber encontrado un lugar propio, que nos caíamos al espacio hacia arriba, hacia abajo, hacia cualquier parte según cuál sea tu punto de referencia.

Pasábamos semanas de la manita flotando entre asteroides, entre satélites: El tiempo no existía ni allí ni en nuestras camas.

No hubo cabellos blancos;
no hubo pliegues en el rostro;
no hubo molestias articulares ni nombres en el olvido.
Fuimos infinitos, fuimos por-siempre, para-siempre una misma sola cosa.

Cuando nos echaron del hotel por problemas con el pasaporte, recién supimos que en Mercurio estaban las piezas mucho más baratas

martes, 15 de marzo de 2011


estoy esperando que las cosas cambien mientras la pieza se llena de polvo

miércoles, 2 de marzo de 2011

Deslizo el cierre del bolso azul con rojo, saco una polera y un trocito de tu hogar viendo fotografías de tú-pequeño; tú-conlentes; tú-gordito.
Saco una bolsa con calzoncillos y un par de pececitos de la playa balandra, tú haciendo esnórquel y yo tomando sol bajo una palapa mientras la gaviota nos mira.
en el bolsillo de fuera encuentro un helado de gansito que nos comimos en Todos Santos y los pasos que caminamos por el Malecón antes de comer ceviche.
Aparece detrás de una hawaiana un taco del mercado de Querétaro y unos margaritas en San Miguel de Allende.
Al fin encontré el callejón del beso junto al Pipila y la momia más pequeña del mundo tomando vino con nosotros en Guanajuato.
Y en el fondo bien al fondo del bolso encontré lo que me traje guardado y que tanto buscaba: encontré tus labios, encontré tu mirada, encontré tu manita a medianoche en un hotel sin aire acondicionado, pensando y deseando que las vacaciones nunca se vayan a terminar.