sábado, 21 de agosto de 2010

fragmentos 11

esperó una respuesta en medio de la madrugada.
Un sonido al iniciar sesión. Una luz parpadeando, anunciando que en el buzón de entrada había un mensaje.
Que ya no había necesidad de pasearse por páginas en blanco, haciendo clics en las fotografía de los demás, escribiendo cuán precioso van los días en su mundo. porque va más allá de lo que se siente, de lo que se estima. De lo que se dice.
vale más que un comentario en tu muro y más que dos etiquetados después de la fiesta.
es una palabra salida de tus propios labios, un respiro de tu propia existencia.
Una mirada en carneyhueso más que una detrás de la pantalla. agregar amigos en la vida de la puerta hacia afuera, de los que valen realmente la pena.
sentir la lluvia caer en la cara, no observarla detenida en una imagen. te dicen más cosas de las que pudieses leer en el blog del chico que te gusta.
porque el hígado todavía sigue detoxificando los remedios que te tomas para quitar el resfrío, el perro de la vecina aún ladra todas las noches aunque no le den la cena y alguien en el planeta de seguro tiene algo de qué hablar en la madrugada, en vez de perderse por el ciberespacio.

domingo, 8 de agosto de 2010


Nadie se ríe de Dios en un hospital, nadie se ríe de Dios en una guerra.
nadie se ríe de Dios cuando el doctor llama después de unos exámenes de rutina o cuando se hace realmente tarde y los niños aún no han vuelto de la fiesta.
Nadie se ríe de Dios cuando el avión comienza a temblar incontrolablemente o cuando ves a quien amas de la mano de alguien más (y esperasestarequivocado)
Nadie se ríe de Dios cuando los policías tocan a la puerta y dicen "señor, tenemos malas noticias"
Nadie se ríe de Dios en el día que te das cuenta que la última mirada que viste fue un par de ojos llenos de odio: nadie se ríe de Dios cuando se están diciendo sus adioses.















nadie se ríe de Dios, todos nos reímos con Dios



(esperando que ojalá venga) Regina Spektor en Chile, 13 de Octubre 2010

martes, 3 de agosto de 2010

se oye la lluvia caer sobre el techo de la casa.
de alguna forma, desde algún lugar, algo dice que hay vida allá afuera.
que el mundo no termina en estas cuatro paredes (y el techo (y el piso)).
de seguro hay montañas, de seguro hay pajaritos que cantan.
De seguro estás tú mójándóté bájó lá llúvíá, ý lás gótás té rébótán én lá cábézá.
se deslizan por tu cara y llegan a tus labios, recorren tu cuello y siguen metiéndose por entre medio de tu ropa ya toda mojada.
algo dice que estarás detrás de la puerta cuando la abra, o que estarás mirando tras la ventana al correr la cortina para darle paso al-mundo-fuera-de-la-burbuja
donde caminamos, donde reímos, donde nos mojamos y donde nos quedamos callados para luego decir lo primero que se nos venga a la mente.
aquí, dentro-de-la-burbuja, no llueve. no se ríe, no se camina más allá de 6 pasos, no.
Aquí, dentro-de-la-burbuja se cae y se llora, se piensa y guarda, se calla y se ahoga.
se ahoga.
se ahoga