sábado, 16 de agosto de 2008

más allá

Caminan una al lado de la otra sin mirarse, empujándose cuando se aprietan mucho. Suenan descoordinadas si se colocan en una melodía, se ven borrosas si las ponemos en una pintura.
Son palabras que salen de sus bocas a plantarse en los oídos de los que se resignan al qué-le-vamos-a-hacer. Y se sienten solos, tan solo que les da por llorar. Y lloran hasta que quedan empapados bajo un sol que se lleva las lágrimas donde las cosas que se dicen ya no duelen, y a ellos no les queda más que sonreír, nada más que sonreír.

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