martes, 27 de mayo de 2008

Mall Paseo a la D*****cción

El cartel era tan llamativo que todos se daban un tiempo para pasar por las tienditas: Unas con elefantes haciendo saltos mortales desde una vitrina; otras con mujeres siendo descuartizadas por sus maridos; unas más allá repletas de cachivaches de esos que no sirven de nada pero se ven bonitos sobre la mesita de centro. Mas casi todos se detenían un momento a mirar con atención (y la mayoría aprovechaba de comprar) la tienda que vendía distintas maneras de destruir el mundo. Las compraban con un billete de ignorancia y dos monedas de qué-me-importa-lo-que-pasa, y se las llevaban a sus casas para enseñarles a sus hijos cuán fácil es acabar con la vida de los demás sin siquiera remorderles un poco la conciencia.

viernes, 23 de mayo de 2008

true

La verdad es que te quiero

miércoles, 21 de mayo de 2008

Cierro los ojos fuertemente y los abro al rato. Lo hago interminables veces mirando el reloj de la pared. Pero los palitos siguen avanzando siempre hacia adelante y nunca hacia atrás.
¿y si los cierro con todo lo que queda por aquí, para luego abrirlos, me encontraré flotando por allí, en el mismo lugar de antes, donde el tiempo se perdía entre trenes, sábanas y cosas extrañas?


























(en ese lugar donde brillaba (nosécómo) y las palabras eranreemplazadaspormiradas)

domingo, 18 de mayo de 2008

empanadas de pino

Ella lloraba dos lágrimas por cada ojo en la cocina mientras preparaba el almuerzo para el tipo que a veces llamaba esposo, nunca cuando él le decía que se callara, nunca cuando miraba con asco la comida que le preparaban, nunca cuando no la abrazaba por la noche y hacía frío. A veces cuando le regalaba un chocolate y a veces (casi nunca) cuando le decía que se veía linda con el chaleco que recién había comprado.
Lloraba dos lágrimas por cada ojo en un minuto y cuarenta y cinco, pero sonreía a pesar de qué quizá el tipo-esposo no era ni había sido nunca el amor de su vida; sonreía a pesar de que los niños ya crecieron y la saludaban día por medio si es que salían de sus piezas; sonreía por los nietos que nunca llegarían, a los cuales no les contaría las historias que les tenía preparadas para contar, pero lloraba dos lágrimas por cada ojo por la cebolla que picaba para echarla en la olla con agua que recién había puesto a calentar.

sábado, 17 de mayo de 2008

sombras

Son como sombras que caminan por una calle larga, vacía y oscura: No las vemos, pero sabemos que están allí, en alguna esquina de la acera. A veces, hacen crujir una hoja con los pies. Nos damos vuelta a ver si hay algo y no hay nada. Entonces continuamos con nuestro camino a ninguna parte, sin tomarlos en cuenta, porque a fin de cuentas ¿quién los toma en cuenta?
Luego decides quedarte en un paradero solitario alumbrado a penas por un foco a medio voltaje. Te sientas a pesar de que todos te han dicho que no pasará ningún bus, pero te resignas a esperar toda la noche y nunca pasa nada, hasta que el foco al fin se apaga y se pierde todo en la oscuridad.
Sales a caminar por los alrededores en busca de un indicio de realidad pero no eres más que una sombra caminando por una calle larga, vacía y oscura, haciendo crujir hojas de vez en cuando para hacer notar que estás allí (en alguna esquina de la acera)

sábado, 3 de mayo de 2008

desde lejos hacia cerca

Se caía la tarde en tropezones constantes e inevitables, prendiendo luces de faroles, bajando el frío a la fuerza y colocando bufandas en los cuellos. Y entre esos tropezones, luces a medio prender y bufandas ubicadas en lugares obvios, miraba tu silueta dibujada a contraluz frente al espacio inter-techo-cama de tu pieza. Y te miré escribir sobre las líneas de mi cara palabras que sólo La Vida sabe qué decían. Te vi sonreír (¿o es que de verdad sonreías?). Te vi mirarme (¿o es que mirabas de reojo como la tarde se tropezaba?).
Te imaginé caminando al mismo paso junto a mi lado, por las callecitas vacías de la ciudad, con ese andar que tienes que me da risa cada vez que lo noto entre las rayitas de los cuadritos que no voy pisando, mientras te imagino tú por tu lado (en tus calles de siempre) y yo por el mío (por mis calles de a diario) caminando al mismo paso hacia lugares distintos (y que no valen la pena mencionar).
Y sentí cómo la vida va pasando por medias-horas en un segundo. Cómo los momentos se transforman instantáneamente en recuerdos en mi córtex cerebral y cómo brillan tus ojos aunque la tarde ya se halla sacado cresta y media en el suelo.