domingo, 29 de junio de 2008

Vacaciones

Decidieron salir a penas el niño terminara sus clases, la pruebita de la célula, la de la tabla del doce y la del cat is under table. Lo venía planeando con su esposa hace meses, juntando el dinero suficiente para recorrer todos los lugares que se les ocurrieran y marcando en el mapa aquellos sitios que eran imprescindibles visitar: el borde de la playa, que marca el límite de la arena con el mar, esa que se llama orilla de la playa. Un árbol con otro, y otro y varios más, árboles de verdad, con hojas de verdad, madera de verdad y ramas de verdad, todos juntos en eso que se llama bosque. Animales JA, animales sueltos, algunos volando, otros nadando, unos pocos arrastrándose y la mayoría corriendo de un árbol hacia otro, y otro y varios más (en el bosque).

La mujer estaba aburrida de contar númeritos de manera correcta, sin agregar ni uno más como lo hacía su compañera de trabajo, y luego se metía los numeritos al bolsillo sin agregar ni uno más como lo hacía su jefe. Cansada de meterse al metro apretada, medio peinada y con tapa ojeras porque la noche anterior el niño se había desvelado por la historia de un hombre sin cabeza que le contó un amigo, que viene todas las noches a la casa de un niño y toca la puerta tres veces mamá, así toc toc toc, y si no le abres y le das azúcar te corta la cabeza, mamá, al otro día amanezco sin cabeza, no quiero quedarme sin cabeza mami, me lo contó el Melo, me dijo que a un compañero de un primo de un tío lejano de su papá le había pasado, mami. Esas cosas no son verdad ,amor, la gente sin cabeza simplemente no camina, ni golpea la puerta tres veces ni pide azúcar. Y para qué querrían azúcar, para llevárselas a la tumba y tomarse una taza de café endulzada ?, porque no le echan sacarina o esas cosas que endulzan en vez de andar molestando a la gente en la madrugada tocándole las puertas cuatro veces. tres veces mamá, las veces que sean mi amor, ahora ve a dormir que mañana tengo que contar númeritos correctamente, no como mi compañera de trabajo, la Estéfani, esa maraca conchetumare siempre se roba la plata, y se come al don Víctor que también se roba plata el viejo de mierda. No digas tantas groserías mi amor, que el niño puede escuchar por la chucha. Pero ya el niño se había ido a acostar.

El hombre estaba desesperado por unas vacaciones en paz, lejos del taco de lunes a viernes, para llegar la mayor parte de los días atrasado al trabajo, pasar la tarjetita de todas formas y siempre colocando la hora de ingreso diez minutos antes, total hasta el jefe llegaba atrasado y de ahí a la oficina a mandar correos frente al computador tomándose un café bien cargado para que no se le cerraran los ojos del sueño, porque la noche anterior había tenido pesadillas. La misma pesadilla de siempre, que llegaba tarde , como siempre, al trabajo y el jefe lo despedía, entonces sacaba el cuchillo mantequillero con el que se había echado paté en el pan en la mañana antes de salir y se lo entierra en el nervio coxofemoral al viejo de mierda que se desangra en 15 segundos. ajajá por viejo de mierda le pasó, y cuando iba a matar a todos los del departamento a cuchillo-mantequillerazos se despierta por el "que también se roba plata el viejo de mierda" de su esposa y no digas tantas groserías mi amor, que el niño puede escuchar por la chucha. Pero ya el niño se había ido a acostar.

El niño estaba cansado de ir a la escuela, donde nadie lo tomaba en cuenta, sólo le hablaban para pedirle la tarea que no habían hecho y él sí , porque era el más aplicado de la clase. Más cansado aún del niño que siempre lo molestaba y le decía que tenía la cabeza redonda, te voy a acusar a mi papá y mi papá te va a pegar, uui el mariquita me va a acusar con su papá. Cansado también de Melo que siempre le inventaba historias, mi mamá dice que esas historias son de mentira, los bebés muertos no vuelan ni los hombres con cabeza golpean las puertas por azúcar. Pero aunque su madre le decían que eran mentira nunca podía dormir tranquilo porque pensaba que le tocarían así toc toc toc la puerta, me lo contó el Melo, me dijo que a un compañero de un primo de un tío lejano de su papá le había pasado, mami. Y la mami siempre le daba excusas que no le servían para calmarse, pero que le aburrían y daban sueño así que se iba a acostar escuchando antes el "no como mi compañera de trabajo, la Estéfani, esa maraca conchetumare siempre se roba la plata, y se come al don Víctor que también se roba plata el viejo de mierda" de la madre y el no digas tantas groserías mi amor, que el niño puede escuchar por la chucha. Pero el niño ya había escuchado.

Así que cuando llegó el día, todos con su mejores sonrisas y las maletas mejores hechas del mundo, con lo justo y necesario para los 7 días de vacaciones, se subieron al auto, no para ir al taco de lunes a viernes sino para lanzarse a su destino planeado por meses para descansar y respirar aire puro. Manejaron por 6 días y 6 noches y no encontraron playa ni bosque alguno. Sólo un taco enorme que avanzaba lentamente en una carretera repleta por millones de personas desesperadas por salir 7 de días de vacaciones planeadas por meses para descansar y respirar aire puro.
Cuando estuvieron al séptimo día de vuelta a casa, patearon las maletas agarrándolas a chuchada limpia y prometieron no volver a salir nunca más de vacaciones.

domingo, 22 de junio de 2008

Señora Esperanza

La esperanza se pierde cuando la dejamos suelta en este mundo de desencantados, como mi sobrina se pierde en el supermercado cuando la suelto de la mano.
Es mejor guardarlas donde no se puedan ir de un día para otro: en las ganas de creer que las cosas pueden salir bien.
Y las junto con un montón de otras esperanzas más que de a poco he ido perdiendo, pero aún me quedan las suficientes como para decir que no es tan difícil cambiar el mundo.

jueves, 5 de junio de 2008

siluetas desconocidas

Cinco.
El madre, la padre, el hermano, la prima pequeña y el nuero.
Normales.
Bastante normales.
Tan
Normales
que
era extraño.
Vivían en una casa normal, tenían una vida normal.
Las paredes marcaban el límite de su territorio, de lo que eran con lo que fueron y lo que podrían llegar hacer, del ahora con el antes y el después.
Nunca recibían visitas y cómo se te ocurre que saldrían a la calle.
El madre limpiaba el mueble, el sofá, el espejo, los lápices y tenedores. La padre veía refrigerador. El resto se dedicaba a dar saltos por el techo sin hacer ruido alguno. Los días pasaban uno tras otro, como el trozo de papel higiénico que viene antes del que saqué recién cuando fui al baño.
Un día como cualquier otro ocurrió el desastre. Mientras el madre limpiaba, la padre veía refrigerador y el resto daba saltos por el techo, tocaron la puerta. Al comienzo nadie dio el más mínimo gesto de asombro, pues pensaron que la prima pequeña había pisado mal y había caído al suelo (como era costumbre).
Tocaron de nuevo, entonces se dieron vuelta a regañar a la prima pequeña para que aprendiera a dar buenos saltos. Asombráronse cuando la vieron dando brincos perfectos cerca de la lámpara.
Tocaron nuevamente, más fuerte y más largo. Todos corrieron a la ventana para ver quién tocaba fuerte y largo. Vieron una silueta desconocida parada en la puerta de la calle.
Entonces los tres del techo al suelo. El madre tira el paño y la padre apaga el refrigerador.
Comienzan a correr gritando por ayuda. Rompen todo lo que tenían, destrozan los muebles, los cuadros y golpean los espejos.
La silueta desconocida lanza un sobre sobre un montón de otros sobres que se han ido acumulando con los años en el jardín.
Se va.
Adentro se comienzan a calmar. Pasaron tres días y ya todo estaba normal. Limpiando tenedores y espejos, viendo en el refrigerador algo interesante y dando brincos más silenciosos sobre el techo. Con la diferencia de que ahora habían comprado una alarma para siluetas desconocidas, así no tendrían que armar tanto alboroto si es que vuelve a aparecer otra.

miércoles, 4 de junio de 2008

morado


Buscó entre los papeles en blanco que arrancaba de algún lado y los guardaba (porque siempre pensaba que en alguna ocasión les servirían para escribir una oración con muchas emes como María maneja motos mientras mi mamá me mima; o algún dibujo extraño de preferencia un animalejo deforme con caras de felicidad), uno que estuviera lo suficientemente en blanco como para escribir lo que quería escribir (por algo lo iba a escribir). Entonces (obviamente) escribió: "voy a correr a la calle a mojarme bajo la lluvia", anotando la hora a un costado que ya daban las 12.47 am y lanzó a volar el lápiz lejos, saltó a la calle con la misma cara de felicidad que coloca en sus animalodeformes y se mojó bajo la lluvia que ya venía cayendo desde el cielo hace unas varias horas. Su cabello largo y negro se pegó contra su cuerpo y levantó la cara abriendo la boca para tomar el gusto de las gotas que caían por montones sobre la ciudad. el agua sabía a mierda.
entró.
mojó el piso.
No se tomó la molestia de secarse para sentarse, tomar el lápiz que había volado lejos para volver a escribir lo que tenía pensado escribir porque por algo lo iba a escribir: "Ahora iré a la cocina y lavaré los platos que no he lavado desde la comida (sé que te molesta cuando no los lavo y pones esa cara de rabia que tanto me gusta(pero nunca te lo he dicho, porque sería tonto decirte que te ves lindo cuando te enojas, en otro contexto sería lindo, si pusieras esa cara cuando te enojaras por que te quité un dulce, quizá sería lindo pero ahora no sería lindo decirlo. No señor, no te lo digo porque sería tonto, y ya sé que pondrás esa misma cara cuando leas esto, va a ser tan gracioso porque lo escribo ahora y sé como será después, por eso te lo escribo para que cuando lo leas pongas la cara de enojo que me gusta (lindo) y yo me sonreiré y me preguntarás porqué chucha sonrío (siempre con el garabato) y yo no diré nada, me lo callaré (como lo de lindo), pero cuando sigas leyendo esto ya lo sabrás, así que es lo mismo como si lo dijera)", anotó la hora a continuación 1.59 y se fue a la cocina mojando todo (ella sabía que él se enojaría mucho por eso) a lavar los platos. lavó el primer plato con su primer tenedor. sonreía, tratando de que su sonrisa se pareciera a la de sus dibujos. tomó el segundo plato y se aburrió.
cogió el lápiz (que esta vez no había volado) y escribió una vez más: "ahora me sentaré a llorar en el primer escalón de la escalera, pero no será un llanto calladito, va a ser uno con sollozos fuertes y mocos sonoros. me sonaré muchas veces, porque eso sí que te molesta y te ves más lindo aún (ya imagino tu cara cuando leas la línea que acabo de escribir, la que va antes del paréntesis hasta te-ves-más). 2.18." y se fue a llorar en el primer escalón de la escalera con un rollo de confort que hacía sonar cada vez que lo desenrollaba para secarse las lágrimas.

Miró el reloj y ya iban a dar las 3.
se levanta.
corre.
escribe:" ahora se escuchará como tratas de encajar la llave con la cerradura, y siempre se tranca . luego abrirás la puerta y entrarás tambaleándote de un lado a otro. verás el piso mojado, los platos sin lavar, los papeles con moco en el suelo y a mí mojada escribiendo esto. y a pesar de todo sonreiré, igual que después cuando leas lo de lindo, porque me parecerá gracioso. que haya hecho todo esto por ti. te parecerá loco que lo piense pero es así. lo hago todo por ti, a ver si un día decides iluminarte por alguna luz divina o no sé cómo se dice. pero que va, cuando ya esté en el suelo sangrando no me parecerá gracioso, en especial cuando me golpees la cabeza. ahí es cuando me gusta empezar a llorar. los golpecitos esos que me das en los brazos la verdad es que ni me duelen, hasta me gustan. me gustan como tú me gustas, y tú cara de enojo y esas cosas. porque sí no lo niego, aunque me digan tonta, aunque sé que la vecina de al lado escucha todo con la oreja pegada a la pared y piense:pero qué tonta es. Siendo sincera, me gusta ser tonta. aquí va algo más tonto: Te amo. como el primer momento, incluso desde que empezaron esto de los golpecito de borracho. al principio dije no, pero luego sí, y luego no de nuevo. Pero como soy tonta (y megusta) entonces decidí que te amo con golpecitos y moquitos y sangrecita y esas cosas de tonta."
Cuando terminó de escribir comenzó a llorar, y se sintió más tonta aún, porque se supone que no él no debería encontrarla llorando cuando llegara porque así no lo había pensado. pero antes de que se pudiera secar las lágrimas y lanzar a volar las ganas de llorar, ya se escuchaba como la llave trataba de encajar en la cerradura. se tranca. y dos segundo después se abre la puerta para darle paso al hombre que se tambaleaba de un lado a otro y veía a la mujer llorando sentada en el suelo con un papel roto en pedazos en la mano izquierda.

domingo, 1 de junio de 2008

carta a un extraterrestre

Te cuento que acá la cordillera está cada día más blanca y mi pelo se destiñe cada día un poquito más rubio;
Aquí la gente sigue caminando de un lado a otro con la misma expresión de hastío de siempre, como si tuvieran ganas de vomitar sobre la rutina todo eso que se les pudre por dentro;
Por estos lugares las calles se siguen llenando de basura y el cielo se hace cada día un poco más oscuro;
Y a decir verdad, sigue siendo más fácil vivir diciendo mentiras en vez de la verdad;
nos vamos poniendo cada día un poquito más viejos.