viernes, 8 de junio de 2012

Tránsito Zodiacal


En Neptuno se subió un Sagitario bien temprano en la mañana preguntándose cómo hacer combinación Línea verde para llegar pronto a la estación Del Sol. Nunca imaginé que los Géminis serían tan amables de responder interrogantes de fácil respuesta ya que  bastaba con mirar el mapa de estaciones pegado en un costado, al lado del freno de emergencia, usar solo en caso de emergencia, su uso indebido será sancionado conforme al código penal.

Los Aries se subían en cada estación sin dejar bajar antes de subir, traspasando la línea amarilla, tan apresurados como siempre.

Lo que yo realmente andaba buscando era un Cáncer lejos de casa, que me dé remedios para la Bronquitis Obstructiva, cariño en la nuca, besito en la mejilla.

Tauro y Libra se miraban cada  6 segundos en un rincón del carrito, imaginando que venían de planetas vecinos, constelaciones cercanas, mientras Acuario pensaba en cómo los Escorpión andaban tan pero tan irritables con los Leo, que ya ni los Piscis los aguantaban. Nada personal en lo antes escrito.

Era día par de una segunda semana de un mes múltiplo de 3 hora peak, por eso el tren se quedaba estancado entre estaciones, cortes de luz ya no sorprendían a ningún Virgo, ni siquiera a los más pequeños que jugaban a mantener el equilibrio sin afirmarse de ningún fierro.

Yo, que soy Capricornio nacido un 24 de diciembre, poco interesado en conmemorar fechas ni santos, pésimo en dar regalos, siempre me he sentido algo de Ofiuco, especialmente en la esquina esperando que el semáforo rojo se convierta en verde o cuando se te caen las cosas de las manos por muy firmes que las sostengas

Y allí estábamos todos, afirmándonos con fuerza cada vez que había un frenazo, sin contar estaciones ni combinaciones intermodales, perdidos en un metro sin dirección alguna, todos buscando en el diario que regalan gratis desde las siete el horóscopo del día para saber cuál iba a ser nuestro destino de ese día, nuestro número de la suerte, cómo estaríamos de salud y si finalmente encontraríamos al amor de nuestras vidas, pero a los del diario se les olvidó imprimir esa página por darle más hojas al tránsito de Venus que no se repetiría hasta el 2117 si es que llegamos al dos mil ciento diecisiete. Nos quedamos todos mirando, preocupados, sin saber de qué conversar más que de partidos de fútbol y del reality de anoche, asustados de no saber a dónde íbamos a acabar realmente al terminar el día.

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