En Neptuno se subió un
Sagitario bien temprano en la mañana preguntándose cómo hacer combinación Línea
verde para llegar pronto a la estación Del Sol. Nunca imaginé que los Géminis serían
tan amables de responder interrogantes de fácil respuesta ya que bastaba con mirar el mapa de estaciones pegado
en un costado, al lado del freno de emergencia, usar solo en caso de
emergencia, su uso indebido será sancionado conforme al código penal.
Los Aries se subían en cada
estación sin dejar bajar antes de subir, traspasando la línea amarilla, tan
apresurados como siempre.
Lo que yo realmente andaba
buscando era un Cáncer lejos de casa, que me dé remedios para la Bronquitis
Obstructiva, cariño en la nuca, besito en la mejilla.
Tauro y Libra se miraban
cada 6 segundos en un rincón del
carrito, imaginando que venían de planetas vecinos, constelaciones cercanas, mientras
Acuario pensaba en cómo los Escorpión andaban tan pero tan irritables con los
Leo, que ya ni los Piscis los aguantaban. Nada personal en lo antes escrito.
Era día par de una segunda semana
de un mes múltiplo de 3 hora peak, por eso el tren se quedaba estancado entre
estaciones, cortes de luz ya no sorprendían a ningún Virgo, ni siquiera a los
más pequeños que jugaban a mantener el equilibrio sin afirmarse de ningún
fierro.
Yo, que soy Capricornio nacido un
24 de diciembre, poco interesado en conmemorar fechas ni santos, pésimo en dar
regalos, siempre me he sentido algo de Ofiuco, especialmente en la esquina
esperando que el semáforo rojo se convierta en verde o cuando se te caen las
cosas de las manos por muy firmes que las sostengas.
Y allí estábamos todos, afirmándonos
con fuerza cada vez que había un frenazo, sin contar estaciones ni combinaciones
intermodales, perdidos en un metro sin dirección alguna, todos buscando en el
diario que regalan gratis desde las siete el horóscopo del día para saber cuál
iba a ser nuestro destino de ese día, nuestro número de la suerte, cómo
estaríamos de salud y si finalmente encontraríamos al amor de nuestras vidas, pero
a los del diario se les olvidó imprimir esa página por darle más hojas al
tránsito de Venus que no se repetiría hasta el 2117 si es que llegamos al dos
mil ciento diecisiete. Nos quedamos todos mirando, preocupados, sin saber de
qué conversar más que de partidos de fútbol y del reality de anoche, asustados
de no saber a dónde íbamos a acabar realmente al terminar el día.
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