lunes, 19 de marzo de 2012

mecanismos de transferencia


Recorro con mi dedo los pliegues de tu cuerpo y, con el mismo dedo, acaricio tu cabello al despertar por segunda vez en la madrugada (3.47 am).

Curiosamente, con el mismo dedo recojo un pelito, pequeño e indefenso, que se te debe haber caído de la cabeza de tanto dar vueltas en la cama.

Con cuidado lo tomo, y en silencio me lo echo en la boca para saborearlo un rato. El pelo se mete al estómago y, luego de unas buenas sacudidas, pasa al intestino gracias al Píloro que es un esfínter sumamente importante dentro de la persistencia del tubo digestivo. Estando allí en el duodeno se mezcla con mis enardecidos jugos pancreáticos para digerir lo que queda del pobre pelo. Sigue avanzando y en el yeyuno y en el íleon ya le roban todas las proteínas-carbohidratos-nutrientes que un pelo pudiese tener. Las proteínas-carbohidratos-nutrientes del pelo se introducen en mi torrente sanguíneo y viajan vertiginosamente como moléculas, dando vueltas por todo el organismo para llegar finalmente a mis células preferidas del cuerpo: las células del miocardio le sacan provecho a estas proteínas-carbohidratos-nutrientes para poder transcribir sus proteínas y generar más ATP y así mi corazón pueda seguir latiendo para bombear sangre a mi dedo que te acaricia el pelo al despertar por tercera vez en la madrugada (4.19 am).

Así es como puedo decir que al final tú y yo somos como una misma sola cosa.

(: 47 :)



1 comentario:

e. dijo...

:D =*********