miércoles, 2 de marzo de 2011

Deslizo el cierre del bolso azul con rojo, saco una polera y un trocito de tu hogar viendo fotografías de tú-pequeño; tú-conlentes; tú-gordito.
Saco una bolsa con calzoncillos y un par de pececitos de la playa balandra, tú haciendo esnórquel y yo tomando sol bajo una palapa mientras la gaviota nos mira.
en el bolsillo de fuera encuentro un helado de gansito que nos comimos en Todos Santos y los pasos que caminamos por el Malecón antes de comer ceviche.
Aparece detrás de una hawaiana un taco del mercado de Querétaro y unos margaritas en San Miguel de Allende.
Al fin encontré el callejón del beso junto al Pipila y la momia más pequeña del mundo tomando vino con nosotros en Guanajuato.
Y en el fondo bien al fondo del bolso encontré lo que me traje guardado y que tanto buscaba: encontré tus labios, encontré tu mirada, encontré tu manita a medianoche en un hotel sin aire acondicionado, pensando y deseando que las vacaciones nunca se vayan a terminar.


1 comentario:

María Ignacia dijo...

méxico es marvilloso, especialmente si se tiene buena compañía.