martes, 4 de noviembre de 2008

De los que se ven y nunca se encuentran

Rodrigo usa lentes de sol en el metro para mirar a esas chicas con vestidito corto que le llaman la atención, mientras éstas lo miran rápidamente y corren la vista porque no saben si las están mirando a ellas o al aviso publicitario de una obra de teatro. Pero lo cierto es que él no les quita la mirada de encima hasta que dejan el vagón llevándose la incertidumbre consigo hasta la casa.
Marcela usa lentes de sol en el metro para mirar a los tipos mayores que tengan algo interesante que mostrarle, como una gran maleta en la mano o el nudo de una corbata bien pero bien hecha. Ellos la miran sin saber si los están mirando o va con los ojos cerrados durmiendo para no darle el asiento a la abuelita con bolsas, pero la verdad es que ella no los deja de inspeccionar hasta que se bajan del trencito sin saber si sonreír porque al fin alguien los miró o si fue sólo producto de su imaginación.
Cuando Rodrigo y Marcela se encuentren, él con su maleta y un nudo bien pero bien hecho en la corbata, y ella con un vestidito corto que le llame la atención, no sabrán nunca que se estarán mirando el uno a la otra, y se irá una con la incertidumbre a la casa de no saber si aquél era el indicado, y el otro sin saber si sonreír porque al fin alguien le miró el nudo de la corbata que tantole cuesta hacerse por las mañanas

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