lunes, 21 de abril de 2008

ciento 89 pedazos de uña a la derecha.El ventrículo derecho de mi corazón a la izquierda

La vida es tan justa que cuando te quita lo que te tiene que quitar para mantener el equilibrio cuando ya te dio algo, tendemos a decir que LA VIDA ES UNA MIERDA e INJUSTA. Pero es tan malditamente equitativa que cuando te estás acostumbrado a algo bueno ya te lo va quitando poco a poco, hasta que se va por la misma dirección de metro en que llegó. Por eso se llora una lágrima por el ojo izquierdo, se sonríe tres veces, lloras tres más por el derecho y luego las dos que te faltan por el izquierdo. Conocemos unas persona y tres cuartos por cada 27 horas que pasamos solos. Quizá todos estamos obligados a llorar por lo menos dos veces al mes si nos reímos un día viernes después de las 8:43 en la tarde por alguna razón poco interesante; o nos tropezamos (o tambaleamos) un promedio de 7,48 veces en cincuenta días por cada seis personas que empujamos en el metro.
Quizá cada uno de nosotros nació para que nos rompan el corazón tres veces por cada una vez que nos enamoramos, o que estamos todos destinados a que nos duela hasta el músculo estriado no voluntario antes de alcanzar la felicidad. Pero de eso se trata al fin y al cabo; de luchar hasta que te la gane, de soportar hasta que grites, de llorar hasta que rías, de enamorarse hasta que te rompas y de soñar hasta que el que gira constantemente deje de girar.

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