martes, 21 de agosto de 2007

me asalta una duda

¿ Nunca te ha pasado que un día mientras caminas por una calle concurrida, divirtiéndote mirando palomas pelear por un trozo de pan y pasando el tiempo pateando piedras, y justo en el momento en que te dispones a repasar las cosas que has vivido para corregir lo malo y enfatizar lo bueno, aparece un tipo desconocido corriendo desesperado, se tira al suelo, escupe cosa blanca por la boca, grita algo en un idioma perdido, lo miras preguntándote qué tiene que hacer uno en esta clase de circunstancias cuando un tipo misterioso tiene un ataque de algo misterioso en el suelo, pero chispita nunca te lo enseñó, entonces el tipo desconocido se levanta, te toma por los hombros, te sacude de manera diabólica y te dice con un griterío de puta descontrolada: QUE SE NOS VIENE UN METEORITO ENCIMA!! HAZ UN GRAN GRUPO. y corre a repetir la frasecita a cualquiera que se le cruzara?. Primero miras el cielo, en seguida miras la calle y ya se va formando un grupo pequeño, que se agranda el grupo. La gente corre en círculos, grita, se arranca a tirones pelo de la cabeza, se les desorbitan los ojos, atroz, levantan las manos al cielo implorando piedad al creador todopoderoso del cosmos y el universo. Luego te viene la desesperación que se pega, HAZ UN GRAN GRUPO MIERDA, le grito a una señora pequeña-rubia y chascona la señora, pero estupenda al fin y al cabo. Comienzo a escupir cosa blanca por la boca, me parece terrible la situación y corro al grupo, que ahora es un GRAN grupo , al menos unas setecientas treinta y nueve personas contándome a mí. Se me apretan, me tocan una nalga, aprovecho de tocar una nalga, creo que era la señora estupenda.Tenía una cabeza en el hombro, una mano en la cabeza, en la mano tenía un hombro.
Hicimos el grupo más grande que algún día se pudo hacer y esperamos asustados la caída del meteorito encima. Estuvimos esperando a lo menos unas tres horas y algo apretados. Ya nadie gritaba, la mayoría tocía de vez en cuando y rezaban el ángel de mi guarda dulce compañía. Pasó media hora más, nos comenzamos a mirar. Entonces la ampolleta que a menudo me funciona se iluminó y dije: eehm, EJEM. cof cof. ya. Quiero hacer un comentario un poco no a lugar teniendo en cuenta la complicada situación por la cual estamos pasando. Pero creo que si nos estamos enfrentando a la caída de un meteorito encima, lo cual me parece muy interesante y adrenalínico, lo más probable es que nuestra muerte sea inminente, independiente de formar parte de este gran grupo fabuloso o estar separados tres metros de distancia en promedio los unos de los otros. Y la cagada fue más o menos. todos corrieron despavoridos nuevamente por la calle, se azotaban la cabeza contra los semáforos, se abrazaban a los basureros, escupiendo cosa blanca por la boca. mi ampolleta volvió a funcionar en menos de un minuto, creo que después iré al dermatólogo, y pensé en cual es la probabilidad de que sea cierto que un tipo desconocido venga a gritarte algo de un meteorito y algo de un gran grupo. Me dio verguenza ajena ver hasta mi profesor de educación física gritando como niña por una falsa y ridícula alarma. un meteorito, berp. Fueron dos días más de alboroto hasta que la gente se resignó a tener que seguir con la rutina y yo a seguir pateando piedras mirando Palomas. Cuando vino al otro día un tipo desesperado a gritarme que iba a llover ranas del cielo, no le creí obviamente. Lástima que ahora tengo ranas hasta en el culo.

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