martes, 2 de septiembre de 2025

estaciones

Van pasando las estaciones en este departamento. Ves como van cambiando los colores de la ciudad desde la terraza, adorando despedir el sol y cómo se refleja su luz en la cordillera nevada. Si tuvieras que elegir quedarte en un momento, desearías que fuera un otoño perpetuo el que se instale en tu habitación, en tu cocina eléctrica, en los ascensores del edificio, en la casa de la vecina y en su perro pequeño chillón también, porqué no. Porque todo para ti tiene que ser tan amarillo, porque así funcionan tus conexiones neuronales, realizando sinapsis en color sepia, haciéndote recordar por las mañanas un viaje en bote en el río Duero de Oporto bajo sus puentes; desayunando un café con leche te hace volver a Venecia, caminando por su callejones y perdiéndote para llegar a una iglesia que podría ser cualquier iglesia, pero siempre era una nueva; mientras te duchas te apareces en un cenote del Yucatán, escondido bajo las raíces de un árbol milenario y terminas la noche acostado, reposando tu cabeza tranquilo a punto de dormir, teletransportándote a una habitación en un hotel de Florencia, viendo por la ventana la luna llena y su plateado reflejo salpicando el duomo de la catedral. Y así te pasas los días, el calendario va avanzando lentamente pero acelerado en este revoltijo de recuerdos de todas las vidas que ocurrieron en un abrir y cerrar de ojos dentro tuyo. Y a medida que avanzan las horas el recuerdo es cada vez más borroso con el cambio de estación y no quieres que nada se lleve este cobrizo vaivén de emociones, deseas que la nostalgia sea para siempre y nada perturbe esa melancolía que deja un retrogusto amargo pero también dulzón luego de cada sorbo de un Carménère. 

Antes de que barran por completo las calles sales a recolectar todas las hojas secas y amarillas posibles en pleno mes de junio, las metes en una bolsa y las subes a tu departamento, para esparcirlas por el piso del living , la cocina y la habitación, para que así cuando la pena te desborde puedas inventarte un otoño ficticio y casero para ti mismo.