Hay algo en la arena
En el sol y en las libélulas.
Una sensación en la selva,
En el viento y la luna llena.
Y es que en cada amanecer
El sol se refleja en el mar
Cubriéndonos de oro
Llenándonos de dicha.
Y es que en cada atardecer ocurre lo mismo
Somos dorados de aquí y hasta el fin del mundo.
Ese algo que se siente estaba escondidito dentro
Todo el resto del año,
Callado y guardado
Como en un baúl con candado.
Ahora se libera en este paraíso,
Se toma el mundo entero y lo pone dorado
Es parte de nuestro día a día,
Y de todo lo que habíamos soñado.
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