jueves, 10 de enero de 2008

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Escribí una historia donde todo era posible. Todo lo que faltaba ahora estaba ahí en el lugar donde debía estar. Los espacios en blancos los llené con algo llenador de espacios-en-blanco. Las gallinas podían volar por el cielo, por entre las calles y posarse en las ramas de los árboles, cagarles a la gente y luego darse a la fuga. Las palomas dejaron de ser una plaga y la gente las quería, las alimentaba y les daba mucho amor con chocolate y rosas rojas de esas típicas que uno regala en el día de san valentín ( nunca he regalado una rosa, menos en san valentín). la televisión desapareció, y la gente comenzó a salir a las calles, a los campos, a mirar el cielo, las estrellas, a besar los árboles y dormir en la tierra. Y muchas cosas más

martes, 8 de enero de 2008

Esto se llama Los recuerdos de verdad ( parece)

Mi vida y mi manera de pensar ( de caminar de ida y de vuelta, de pararme y volverme a sentar donde estaba, de mirar la gente a los ojos al mismo tiempo que me corren la mirada), cambió cuando supe eso de los recuerdos-falsos. Uno es capaz de generar recuerdos de momentos, circunstancias, vivencias, personas, objetos que nunca existieron ni sucedieron, de manera tal que uno asegura y cree a diestra y siniestra que aquellos momentos, circunstancias, vivencias, personas-objetos de verdad ocurrieron o existieron en una realidad inventada por uno mismo en una de las tantas voladas que uno se pega a diario mirando el techo que me queda a menos de un metro, leyendo las cosas que escribí en él alguna vez en un pasado no muy remoto, cuando creía que era tan bonito como yo pensé que podría llegar a ser. Entonces me pregunto mirando algo turnio el techo que ya me aprendí de memoria hasta los bichos reventados que maté con cienañosdeSoledad, ¿cuáles de mis recuerdos son reales porque de verdad ocurrieron, y cuáles parecen tan verosímiles puesto que así yo me aseguré de manera falaz que alguna vez sucedieron?. Desde entonces anoto cada cosa que hago, cuántas veces inhalo y exhalo en un minuto, cuantos pasos me demoro de aquí a la esquina a esperar el colectivo que nunca pasa, cuantas eses tiene la palabra sensibilizante, cuántas veces cierro la puerta, cuántas veces entra mi sobrina a la pieza a mirarse al espejo, todas las palabras que dice mi madre al aire mientras cocina, qué es lo primero que me dicen mis amigos cuando me saludan y cuántas veces al día me asomo a la ventana para ver si el viento tiene que ver en algo con que las nubes se muevan en el cielo o si en una de esas pasas por afuera de mi casa para tocar la puerta de la calle con una monedita para que suene fuerte y preguntar si aquí alguna vez vivió alguien que empieza con P y termina con dro ( oh sí, pero de seguro debe estar ocupado anotando todas las cosas que dice y hace. vuelva otro día y la conchesumadre ).
Ahora tengo que estar constantemente piñizcándome el ñoqui para saber si estoy soñando o lo estoy viviendo. tocando el poste de la esquina de Mateo y Toro con Nuevo mundo para saber si de verdad está ahí o me lo estoy imaginando ( a todo esto el poste no tiene mucha relevancia en mi vida, o bueno ahora que lo recuerdo ahí me escondía cuando jugaba con la coni cuando era pequeño, o con la monse o no sé con quién en realidad NO SE SI ALGUNA VEZ JUGUÉ A LA ESCONDIDA EN MI VIDA) ...Ahora debo estar mirando constantemente mi carnet de identidad para saber si de verdad me llamo Rodrigo Estefenía Cepeda Bustos.