domingo, 30 de diciembre de 2007

A.a.c.u.t.q.p.s.

Eso fue como el intento de hacer algo por lo menos un tanto bien.
Algo así como un tal vez quizá podría ser.
Un en una de esas funciona si es que así lo quieres.

martes, 25 de diciembre de 2007

Se me fue el t.m.(l).e.e.c.

no me di ni cuenta y ya estaba sonando esa canción que tanto me gustaba escuchar antes (p.m.R.a.t.).
No me di ni cuenta y ya estaba mirando las estrellas otra vez.
Ni cuenta me di y me dieron las 4 de la mañana pensando en cómo hubieran sido las cosas de esta manera, o si ese día hubiera dado media vuelta a preguntarte cómo hubieran sido las cosas si no te hubiera conocido.
No me di ni cuenta y ya había perdido una buena parte de mi vida esperando a que volviera, a que se cruzara de nuevo y me tomara como pasó la primera vez.
Se me fue el tiempo marcando corazones en el calendario, comiéndome las uñas, imaginando lo de la vuelta, la pregunta y la respuesta. Esperando el milagro de fin de año, esperando el momento-correcto/coincidencia/persona-correcta. Se me olvidó que los milagros caen del cielo UNA VEZ CADA CUATRO AÑOS BISIESTOS. que los putitos esos ( milagros) no se esperan, no se desean en uno de los tres deseos de cumpleaños antes de soplar las velitas. Ni se le cruzan los dedos hasta que se te pongan chuecos para que vengan. Ni menos se le hacen mandas a san expedito para que vuelvan a caer del cielo. Los putitos esos ocurren y ya. Aparecen cuando menos los esperamos, cuando menos mandas les hacemos, cuando menos dedos les cruzamos.
Hay que seguir viviendo. Sí señor, sin esperarlos. Que ocurran cuando tengan que ocurrir, que caigan cuando tengan que caer para que se vayan cuando se tengan que ir y así extrañarlos cuando no los debería extrañar.

lunes, 24 de diciembre de 2007

lo que viene después.



Esto es lo que soy. esto es lo que he llegado a ser luego de haber estado pisando la tierra que gira constantemente desde hace 18 veranos. Esto es como un borrador de lo que he intentado lograr.
A penas una parte de una historia escrita de vivencias, de rutinas varias, de saltos repentinos, de tropiezos evitables, de eso, de aquello y de lo de allá también.
Una historia que se cruza en ocasiones con otras para escribir algo relativamente interesante, o por lo menos algo para mantener la atención pendiente en alguna cosa poco menos hostigosa que lo cotidiano.
Alguien recién lanzado a la vida, dejado ahí con una base un poco tambaleante pero suficiente para llegar a donde quiera.
De esos que tienen un pie en la tierra que gira constantemente y el otro ciento ochenta kilómetros hacia arriba, donde uno a penas distingue la diferencia entre una mosca y una paloma.
Alguien que espera eternamente el momento correcto para hacerlo coincidir con lo otro que se espera por siempre, mas sin perder la esperanza de que se te cruza en el camino si haces las cosas bien ( que trata de hacer las cosas bien, teniendo en cuenta que tropezarse de vez en cuando es una regla inviolable en el manual de pasos a seguir ).
Alguien que busca historias para escribirlas con lápiz pasta marca "Recuerdos" en mi cuaderno ( que a todo esto es marca " Momentos q.o.p.c.s.e.R."), y así frecuentarlas cuando se me olvide por qué mi diafragma se contrae para que entre aire a mis pulmones y luego se dilate para que éste salga; para leer cuando no pueda dormir por las noches porque puto el bicho.
Alguien que está dispuesto a aprender, porque debe aprender que no es bueno enamorarse en una hora de alguien que pisa la tierra, que gira constantemente, bien lejos donde no recuerda que piso esa que gira ya sabes cómo.
A. que cree que la mierda más mierda de las mierdas se puede eliminar con goma para borrar.
A. que deja atrás por obligación las mañas, los pataleos, los sin razones, lo innecesario, lo que no va a volver y se prepara para seguir escribiendo con vivencias lo que le resta de historia, borrando la mierda con corrector, marcando con plumón permanente las cosas buenas, dejando sangría cuando es prudente hacerlo, dando vuelta la hoja cuando es necesario y siempre atento para escribir algo nuevo, algo que me espera luego de dar vuelta la hoja y que no sé qué es.

domingo, 16 de diciembre de 2007

insensible

Cuando está esparcido en el piso, dando espasmos de agonía, lo pateas un poquito ni tan fuerte ni tan despacio, a ver si sus receptores sensoriales a nivel de la piel aún funcionan y responden al golpecito ( que no era ni tan fuerte ni tan despacio ) que le das. Efectivamente, hace una mueca con la cara, se encoje un poco hacia su interior, las tripas que flotan en el charco de su propia sangre se contraen levemente chapoteando un poco de hemoglobina alrededor. Entonces te das cuenta que es tan humano como tú, de pie frente a él, empapado de la misma que hace un charco bajo ese que está esparcido en el piso . Te das cuenta que tiene sentimientos, al igual que tú. que es capaz de llorar hasta que se seque si le rompen el corazón, tal como tú lo has hecho. que tiene el potencial necesario para imaginar las mismas cosas que tú: imaginar que todo lo que planeas, todo el discurso que te aprendes de memoria para contarlo al día siguiente, sale tal como tú quieres. imaginar un mundo donde todo lo que imaginas se hace tan real que lo puedes tocar, sentir, besar y abrazar si tú lo deseas.
y mientras más se encoje, mientras más sangre salpica, te das más cuenta de lo parecido que es a ti. que es capaz de llorar, sentir, vivir, saltar, gritar exactamente como lo haces tú.
Es como un calco tuyo. la diferencia está en que ahora él yace agonizando en el piso, mientras tú te mantienes de pie frente a él, sin saber como, esperando a que venga alguien y te tumbe al suelo, te saque el corazón de manera tal que tus tripas salgan a flotar al charco de tu propia sangre, mientras te patean en el piso a ver si tus receptores sensoriales a nivel de la piel sienten aunque sea un mínimo de dolor.

jueves, 13 de diciembre de 2007

PerroPato

Esta es la historia de un perro. ¿qué tiene el perro que le escribo la historia?. El perro tenía la particular y entretenida cualidad onomatopéyica de emitir por todo lo que corresponde al hocico, sonidos que al oído de cualquier homo sapiens sapiens común y rutinario se asemejan al emitido por el ave palmípeda de pico ancho y tarsos cortos, comúnmente conocida como pato. Razón suficiente para que la gente ( siendo sinceros, solamente yo) le dieran el particular y entretenido mote de PerroPato ( pero qué original, Dios santo). Y volviendo a ser sinceros nadie sabé porqué PerroPato hablaba como pato ( o es que fue dejado cachorro al borde de un río y lo criaron un par de patos, Mamá Pato, Papá Pato, junto a sus hermanos Patos; o PerroPato fue a una escuela de lenguaje a aprender idioma patesco, dejando olvidado el perruno y así comunicarse con algún amigo Patricio, o alguna novia Patricia).
Siempre iba al paradero a cuakear. Cuakeaba a todo el que esperaba la 201e ( que no pasaba nunca). Fiona Manzana Cuack. Cuack al niño que nunca supe cual micro esperaba porque no se subía nunca a ninguna, solo esperaba y cuack. Cuack al chofer, cuack a la verena al peo. Cuack al rubio con cara aburrida, cuack a la gente que corría. Cuack al transantiago.
PerroPatricio desapareció un día, nunca más volvió ( o es que regresó con su familia Patesca o su novia Patricia se lo llevó lejos de aquí, a un lugar donde no los miraran feo, donde su amor pudiera concretarse sin esconderse de los demás)

PerroPatricio nunca te olvidaré..


martes, 11 de diciembre de 2007

Primero en primera, paso a segunda y Reversa.

Saco el freno de mano, pongo mi pie hasta el fondo en el acelerador, paso el cambio a primera mientras suelto el embriague y echo a andar mi conciencia. No respeto ninguna señal que me indique donde debo parar o doblar ( a las pelotas el artículo 110 de la ley de tránsito). Atropello lo que se me cruce: perros piojosos, gatos con tiña, viejas con bolsas del Tottus, un par de monjas en un paso de cebra, un ciclista que iba por la ciclovía. Doblo en una esquina por si encuentro un buen camino a seguir y me topo con una calle sin salida. Pongo reversa y continúo avanzando sin saber dónde. Diviso por el espejo retrovisor siluetas que no alcanzo a reconocer. Rostros que se me hacen conocidos porque alguna vez los vi en algún callejón. Suelto las manos del manubrio y me dejo llevar por el momento. No me doy ni cuenta y ya me estoy comiendo las uñas hasta los dedos; o rompiendo algún papel en mil pedazos; o dando vueltas en círculos en el mismo lugar; o golpeándome la cara por inercia cuando estoy pensando algo estúpido. No me doy ni cuenta cuando las pongo de nuevo sobre aquél, mientras dejo atrás recuerdos absurdos.
Sigo viendo rostros semi-conocidos de alguien que no recuerdo, de alguien que dejé perdido en alguna calle de la cual no recuerdo el nombre.

jueves, 6 de diciembre de 2007

arreitalneseipsodsolnagnopserodañossolodnaucrarigedárajedodnumle

Este mundo ( sí, el mismo que pisamos todas las mañanas para ir al trabajo/colegio/hogar) está lleno de soñadores: en la escuela, esperando en el paradero a que llegue un micro, caminando por cualquier calle mirando el cielo, sentados en la banca de alguna plaza.
Que si no hubiera soñadores el mundo dejaría de girar, porque ya no habría salvación para él.
Donde quiera que miremos están. es una plaga que va en extinción, porque cada día son más los que ponen los dos pies en la tierra ( sí, la misma que pisamos todas las mañanas para ir al trabajo/colegio/hogar) y se dejan llevar por la realidad. Ilusos ellos que no degustan el exquisito sabor de tragarse un buen pedazo de imaginación, bañarse en una piscina de ilusiones y conversar largas horas con un par de sueños.
Espero que no inventen una vacuna contra soñadores, que el mundo dejaría de girar.